martes, 4 de enero de 2011

Circo: Prejuicios

Hay una teoría en sociología según la cual las personas tendemos en general a atender solamente a los argumentos que ratifican nuestros prejuicios y a ignorar los que van en su contra. Aparte de que creo que esa es la base sobre la que se sustenta la prensa deportiva forofa (o dicho de otra forma, el 95% de la prensa deportiva española, en el mejor de los casos), mi crítica va hacia los prejuicios de los propios periodistas.

Venía yo escuchando Onda Madrid (me podéis decir que claro, es que es una radio autonómica, pero no creo que sea una justificación válida para la propaganda desinformativa). El presentador de deportes inquirió a uno de sus colaboradores acerca de la rueda de prensa concedida por Guardiola en la previa del partido de Copa ante el Athletic. "Pocas sorpresas y, como suelo decir, otra vez con la falsa modestia de Guardiola". Ese "como suelo decir" es la primera clave: el prejuicio. Los argumentos a favor y en contra residen en cada una de las respuestas de cada una de las ruedas de prensa que ha dado desde que se sentó en el banquillo local del Barcelona como primer entrenador.

En primer lugar, lo que se denomina "falsa modestia" en relación a Pep no es otra cosa que, siendo lo más estricto que puedo, buena educación. Muchos otros con el equipo que tiene habría anunciado haber matado al oso con antelación en alguna ocasión, aunque fuera de refilón. Por otro lado, el de Sampedor no puede ser más coherente: siempre habla a sus jugadores de ser prudentes, de no relajarse, porque todo equipo puede ganar un partido de fútbol aunque las apuestas sean de mil contra uno. Y encima ya se ha comprobado que esto es cierto en infinitas ocasiones, incluso en esta misma temporada. O si no, ¿quién apostó por el Hércules en el Camp Nou? Pues eso.

Guardiola nunca busca ser modesto, sino ser prudente. Muchas veces ha afirmado que sus jugadores son los mejores del mundo, pero que todo puede pasar cuando el árbitro pone el balón en juego. Otra cosa es señalar que los que ganan los partidos son los que visten de corto, haciendo, ahí sí, gala de una modestia que yo no considero totalmente justificada pero que le honra. Porque incluso allí es coherente y en las ruedas de prensa, tras los éxitos, no le he oído pronunciar ni un "yo", en todo caso un "nosotros", y preferentemente "ellos". Y eso es algo difícil de encontrar en el fútbol actual, y a las pruebas me remito.

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