jueves, 27 de enero de 2011

Viaje a la Alcarria

El itinerario de Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura 1989) en su libro Viaje a la Alcarria

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martes, 25 de enero de 2011

¡Le han tirado las gafas!

La señora Maria Dolores de Cospedal habló ayer largo y tendido con Carles Francino en el programa Hoy por hoy de Cadena Ser. Entre autobombo y promoción del líder se le escuchó hablar en referencia a la agresión del concejal de cultura de Murcia. “No digo que el PSOE sea el autor directo, porque no tengo pruebas y además no puedo decirlo, pero la violencia engendra violencia”. También apeló a la empatía con un argumento difícilmente refutable, y es que los desaprensivos amedrentaron a la hija del concejal zarandeándola y haciendo caer sus gafas. Está claro que los verdaderos responsables tienen poquita vergüenza, pero la señora de Cospedal ha practicado a la perfección el buen arte de zarandear a la niña y esconder la mano.

domingo, 23 de enero de 2011

Circo: Nueva teoría o El rebaño

¿Y si dijera que Mourinho no se queja de los árbitros para que le favorezcan? ¿Y si dijera que quizá forme parte de una de sus mayores virtudes como entrenador? ¿Y si de verdad tuviera tanto lloriqueo alguna cosa positiva para el Real Madrid?

Lo hemos visto trillones de veces. Gente que va a lo suyo y no tiene nada que compartir que se unen como hermanos al encontrar un enemigo común. Creo que es posible que Mourinho lo haya logrado al acusar tanto al colectivo arbitral. Solo eso explica que los jugadores merengues de verdad se crean que salen perjudicados de los terrenos de juego cuando únicamente hay tres equipos que repiten escena semana tras semana protestando por el arbitraje: los jugadores del Levante, los jugadores del Real Madrid y los jugadores de los rivales del Real Madrid. Puede que finalmente el Real Madrid haya conseguido ser un equipo, si no en lo deportivo, sí en lo ideológico.

Otra jugada maestra (¿?): Sale Kaká criticando el juego de Benzema... Y el siguiente plano se sitúa en el vestuario, con la cámara realizando un travelling lateral hasta centrarse en la imagen de Mou dando palmaditas en la espalda de un decaído Benzema. "¿Lo ves?".

sábado, 8 de enero de 2011

Derechos de redactor

Las exigencias y lloreras de la industria "cultural" pro-leysinde me recuerdan a otras (mucho más moderadas, todo hay que decirlo) cuya sola mención me granjeará duras miradas de desprecio de la gran mayoría de compañeros de clase. Y es que las quejas por el intrusismo en el periodismo no tienen más fundamento que las de la SGAE, Cedro y Universal Pictures. Ambos colectivos pretenden que el Estado les dé algo que no se han ganado solo porque en otro tiempo sí que les servía.

Yo también pienso que merezco alguna clase de indemnización por estar cursando 4º de Periodismo. Y más aún en esta facultad. Pero el mercado no funciona así. Nadie habría hecho caso a los fabricantes de máquinas de escribir cuando apareció el ordenador (aunque sí que se lo hacen a los mineros).

En el caso de los periodistas no son más que pucheros al darse cuenta de que han perdido cinco años de su vida para lograr algo que a otros solo les cuesta una noche de fiesta con la boca en la cara de un torero y la mano en la entrepierna de un futbolista. Aunque diciendo intrusismo no solo hablo de Carmele, Patiño o Lidia Lozano (desconozco si tienen la carrera o no, pero me entendéis todos si las menciono), sino a economistas que escriben artículos de economía, médicos que escriben artículos de medicina o (y un escalofrío sube por mi espalda) políticos que escriben artículos de política (¡Uf!). Aparte de intelectuales o pseudo-intelectuales que simplemente escriben artículos de opinión. Y la palma se la llevan los que ni intelectuales ni nada pero que nadie sabe por qué, también tienen columnas (y así pasa).

A principios de siglo los periodistas eran los que podían recopilar la información de las fuentes primarias y luego aglutinarlas en los periódicos o panfletillos, pero ahora muchas veces los periodistas llegan más tarde que el fotógrafo. ¡Y es que la industria de la información también ha cambiado, señores! ¡Cualquiera puede ser redactor de contenidos! Y por muy mal que me vayáis a mirar el próximo día en clase, pongo la mano en el fuego por que el porcentaje de buenos redactores en la facultad de Ciencias de la Información no es mayor que en el resto de escuelas universitarias.

Lo que hay que hacer es lograr que el título de periodista sirva para algo y, si no, empujarlo al fondo del currículum, entre las aficiones, y rellenar el hueco de otra forma. Hay que hacer que la marca "periodista" signifique algo. ¡Tenemos a los publicistas al lado, por amor de dios! Todo el mundo ya dispone de fuentes, de recursos y de medios para publicar, así que tenemos (cada uno) que conseguir hacer de nuestro diploma universitario algo que nos diferencie de otros que nos pueden igualar o incluso superar en lo que tradicionalmente se consideraba trabajo periodístico. Y es que hay otra cosa muy importante: El periodismo ya existía antes de la Facultad de Ciencias de la Información. ¡Larra no era licenciado! Así que tenemos que conseguir sustituir el denostado subtítulo "Periodista" de nuestra tarjeta de visita por "Experto en Medios de Comunicación", por ejemplo, y con el apellido que queramos, con la especialización que más nos interese o mejor se nos dé (las cuales por suerte suelen coincidir). ¡Y olvidaos del papel! No digo que vaya a desaparecer (joder, espero que nunca lo haga) pero jamás volverá a ser el centro del periodismo.

A bote pronto, a lo Nostradamus, se me ocurren tres formas de trabajo para licenciados/graduados en periodismo en el futuro. Cosas que de verdad estaremos más preparados para hacer que otra gente que no haya sufrido lo que nosotros de unos profesores chapados a la imprenta. Por ejemplo: "Asesor de plataformas de blogs en temas de Comunicación de Masas", o "Impulsor de aplicaciones de nuevas tecnologías aplicadas a la Comunicación Masiva", o por último "Gestor (que no redactor) de contenidos para webs de indexación". Puede que ésta última sea la más parecida a la idea actual de periodista, ya que supone ser el selector de qué es más relevante para el público sobre otras informaciones que no lo son tanto.

En cualquier caso, nadie sabe cómo se va a presentar la información en la web n.0, porque somos nosotros los que tendremos que decidirlo, así que yo propondría suprimir las asignaturas de redacción (y la pirámide invertida que parece de tiempos de los egipcios) y poner en su lugar literatura, lectura y ortografía, que buena falta hacen.

martes, 4 de enero de 2011

Circo: Prejuicios

Hay una teoría en sociología según la cual las personas tendemos en general a atender solamente a los argumentos que ratifican nuestros prejuicios y a ignorar los que van en su contra. Aparte de que creo que esa es la base sobre la que se sustenta la prensa deportiva forofa (o dicho de otra forma, el 95% de la prensa deportiva española, en el mejor de los casos), mi crítica va hacia los prejuicios de los propios periodistas.

Venía yo escuchando Onda Madrid (me podéis decir que claro, es que es una radio autonómica, pero no creo que sea una justificación válida para la propaganda desinformativa). El presentador de deportes inquirió a uno de sus colaboradores acerca de la rueda de prensa concedida por Guardiola en la previa del partido de Copa ante el Athletic. "Pocas sorpresas y, como suelo decir, otra vez con la falsa modestia de Guardiola". Ese "como suelo decir" es la primera clave: el prejuicio. Los argumentos a favor y en contra residen en cada una de las respuestas de cada una de las ruedas de prensa que ha dado desde que se sentó en el banquillo local del Barcelona como primer entrenador.

En primer lugar, lo que se denomina "falsa modestia" en relación a Pep no es otra cosa que, siendo lo más estricto que puedo, buena educación. Muchos otros con el equipo que tiene habría anunciado haber matado al oso con antelación en alguna ocasión, aunque fuera de refilón. Por otro lado, el de Sampedor no puede ser más coherente: siempre habla a sus jugadores de ser prudentes, de no relajarse, porque todo equipo puede ganar un partido de fútbol aunque las apuestas sean de mil contra uno. Y encima ya se ha comprobado que esto es cierto en infinitas ocasiones, incluso en esta misma temporada. O si no, ¿quién apostó por el Hércules en el Camp Nou? Pues eso.

Guardiola nunca busca ser modesto, sino ser prudente. Muchas veces ha afirmado que sus jugadores son los mejores del mundo, pero que todo puede pasar cuando el árbitro pone el balón en juego. Otra cosa es señalar que los que ganan los partidos son los que visten de corto, haciendo, ahí sí, gala de una modestia que yo no considero totalmente justificada pero que le honra. Porque incluso allí es coherente y en las ruedas de prensa, tras los éxitos, no le he oído pronunciar ni un "yo", en todo caso un "nosotros", y preferentemente "ellos". Y eso es algo difícil de encontrar en el fútbol actual, y a las pruebas me remito.